Pal Perú

El día que tengamos otro deporte de hombres entonces nos divorciaremos del fútbol.
Pero quien dijo que el futbol es de hombres, nunca conoció a una mujer de verdad. En el mundo, incluyendo al Perú existen una gran variedad de deportes en los que destacamos pero no nos apoyamos como la esgrima, la natación, el tenis, etc. Nos quedamos prendidos del televisor, listos inconcientemente para grita e insultar a la primera mala jugada de nuestro equipo (selección o club), sabiendo que siempre será lo mismo. Aquí no existe eso de que la esperanza es lo único que se pierde y eso de que todo cambia, pues uno lo hace cambiar.
Los mejores partidos de futbol se dan en los barrios, en esas canchitas que se hacen sobre un montón de tierra y los jugadores se tiran, se raspan y golpean por ganar y sentirse mejores.

En otros deportes es distinto: se preparan más tiempo; se esfuerzan más; y en sus rostros se ve realmente la decepción, el dolor y el lamento por no lograr sus metas, por no dejar al país en alto. Y se esfuerzan aun más, se exigen y entrenan con mayor eficacia, en lugar de meterse a los bares a “desahogarse” con cervezas y compañía de dudosa procedencia.

El bien por el mal llega, pero si se sigue admirando a “nuestra” patética selección al igual como esperamos que nuestro país cambie y no hacemos nada por ayudarlo a cambiar seguiremos igual, en ese sueño oscuro y hondo del que no logramos levantarnos.